Las coles de Bruselas son a menudo la pesadilla alimentaria de niños y mayores. Seguramente sea uno de los alimentos que cause más rechazo entre la población infantil.Puede ser porque al formar parte de la familia de las crucíferas, como las coles, los repollos, el colinabo, etc., su olor al llevarlas a ebullición eche para atrás a los olfatos más sensibles…
Para que no suceda esto, yo tengo un truco: no las hiervo nunca!
Si las cocináis salteadas tendréis un producto sabroso, con todo su sabor y textura y de un color verde vivo muy diferente al verde «pocho» recocido.
Este tipo de coles son una invención agrónoma de ciertos cultivadores de coles belgas quienes sobre el año 1650 decidieron desarrollar una nueva especie de col que creciera hacia arriba para poder optimizar la superficie de sus cultivos. Todo un ejemplo de la adaptación del hombre a su medio ambiente …
Las coles son ricas en vitamina A y C. Asimismo, son un ingrediente a tener en cuenta si sufrimos de retención de líquidos. Aunque quizás su cualidad es más excepcional recaiga en el papel que juega en la protección contra el desarrollo de tumores cancerígenos.
Sin embargo, como todas las crucíferas, es mejor evitarlas si se sufre de síndrome de colon irritable ya que puede favorecer las flatulencias.
En el mercado escoged las coles cuyas hojas sean de color oscuro, sin manchas y bien prieta. La base más bien blanca y todavía fresca. Se conservan en la nevera unos 4 o 5 días, pasados este tiempo las podéis utilizar en el caldo para aprovecharlas.
Hoy os propongo una receta muy sencilla pero de sabores muy interesantes:
Ingredientes
- 400 g de coles de Bruselas
- un chorrito de AOVE
- 1 cucharada de granadas
- 1 cucharada de pipas de calabaza
- unas hojitas de cilantro
- 1 chorrito de limón
- sal
Indicaciones
- Retirar las hojas externas y la base de las coles.
- En una sartén calentar un chorrito de AOVE.
- Añadir las coles cortadas por la mitad o en cuartos dependiendo del tamaño.
- Cuando empiecen a dorarse, añadir una pizca de sal, bajar el fuego al mínimo y cubrir con una tapa para que se vayan haciendo poco a poco.
- Remover de vez en cuando para evitar que se quemen.
- En el último momento, subir el fuego de nuevo y añadir un chorrito de agua. Al contacto con la sartén caliente, el agua favorecerá la mezcla de sabores y acelerará la cocción.
- Cuando el líquido se haya absorbido apagar el fuego y dejar reposar con la tapa.
- Al cabo de un par de minutos, añadir las hojas de cilantro y un chorrito de limón.
- Por último se añaden las pipas y los granos de granada aderezando todo con un buen chorro de limón.
El resultado son una coles melosas, cuyo sabor amargo queda neutralizado por la cocción lenta y la acidez dulzona de los granos de granada y el toque ácido del limón y el cilantro. Las pipas le añaden un toque crujiente que contrasta con la suavidad de las coles …Me encanta esta receta! Se nota, verdad?
Como veis los colores son vivos y la estética interesante. Lejos quedan las apestosillas coles de nuestra infancia, verdad?
Misbamia