Hola a tod@s!
Hoy me enterado, por casualidad, que además de haber un gallego en la luna, hoy se han hallado dos sorianos almorzado brócoli; como lo oís inaudito!! Debe ser un efecto colateral de este extraño 2021…Este post se lo dedico a ellos por haberme inspirado!
Y es que los que me conocen saben que tengo una pequeña fijación por un ingrediente para mí es el alimento estrella donde los haya: el brócoli!!
La verdad es que yo no soy muy fan del concepto de «superfood» o «superalimento» porque creo que no deja de ser una técnica de márquetin para promocionar las virtudes de un solo alimento exótico y caro, en vez de un patrón alimentario saludable. Si bien es cierto que muchos de estos alimentos sí tienen propiedades nutricionales interesantes, también lo es que no son absolutamente necesarios para gozar de una alimentación saludable.
En nuestro país tenemos la gran suerte de gozar de una gran variedad de frutas y verduras dentro de la dieta mediterránea que a menudo quedan en un segundo plano frente a alimentos más «exóticos» como el açai o el jackfruit por nombrar algunos.
Hoy quiero romper una lanza por un alimento tan mediterráneo como el brócoli y sus primas hermanas; coles, berzas, repollos, etc.
El brócoli, además de ser una de las verduras con más sabor tiene un montón de propiedades nutricionales que lo convierten realmente en un alimento-medicina.
Es rico en fibra, magnesio, ácido fólico, ácido pantoténico y por supuesto vitamina A y C, lo que lo convierte en un potente antioxidante. Es ideal en dietas de embarazadas por su contenido en ácido fólico para prevenir un posible problema de espina bífida, para personas que quieran mantener sus controles de colesterol a raya y para controlar la hipertensión.
Además el brócoli es uno de los alimentos más investigados científicamente por sus propiedades anticancerígenas, acelera la renovación del estrógeno; es antiviral, protege contra las úlceras, y regula la insulina y el azúcar en la sangre.
Existe cierta tendencia a desaconsejar el brócoli a pacientes con problemas de hipotiroidismo porque ciertos compuestos podrían interferir con la absorción del yodo; sin embargo para que esto sucediera deberíamos estar hablando de ingestas muy elevadas.
Al cocinarlo podemos optar por varias técnicas. La que mejor conserva las vitaminas es al vapor; siendo ideal para personas convalecientes o niños pequeños. Si optamos por hervirlo, es importante que se haga a penas un escalfado de dos o tres minutos, lo justo para que se pueda digerir aprovechando todo su sabor y color verde intenso. El salteado es una técnica muy interesante para aquellas personas que no estén muy acostumbradas al consumo regular porque nos permite tener una textura muy interesante y mezclarlo con otros ingredientes como ajo, almendras, pipas, etc. Lo ideal es comer brócoli con frecuencia e ir variando las técnicas de cocción para disfrutar de sus propiedades nutricionales sin renunciar a su fantástico sabor.
Cabe destacar que del brócoli, como en el caso de cerdo, se aprovecha absolutamente todo. ¿Habéis probado a cortar finamente sus tallos y hojas y saltearlo con un poco de ajo y AOVE? Os aseguro que os encantará y de paso no solo aprovecharéis todas sus propiedades nutricionales sino que además reduciréis el desperdicio alimentario. Si por olvido descubrís que tenéis un trozo de brócoli un poco pocho utilizarlo para hacer una crema de verduras o echarlo al caldo.
A la hora de comprarlo, optar por el mercado de proximidad donde os lo puedan vender sin que estén rodeados de plásticos y evitar su efecto como disruptor hormonal. De paso podréis observar su color, que debe ser verde intenso, sin sombras amarillentas, que nos indican que ya está un poco viejuno. Sus ramilletes deben estar firmes y compactos y el tallo fresco y sin sombras marrones.
Aprovechad que está de temporada!
Misbamia
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