El origen de la achicoria se remonta hasta la antigüedad en la zona mediterránea. La achicoria roja es muy apreciada en Italia, donde se llama radicchio pero en España se empezó a ser más popular a lo largo del siglo XX.
La achicoria es un cogollo de la familia de la escarola (variedad foliosum), pero también un raíz (variedad sativum) con la que se produce un sucedáneo de café vegetal. Ambas variedades son conocidas por favorecer la función digestiva y hepática; tienen un efecto antioxidante y antiinflamatorio sobre el hígado.
La achicoria roja, es decir el cogollo, es una opción realmente interesante para preparar ensaladas diferentes, con cierto toque ligeramente amargo y con un colorido vivo que se combinan a la perfección con frutos secos. Ese sabor amargo lo produce una sustancia llamada intibina. Esta sustancia, tiene la característica de estimular la secreción de los jugos digestivos así como facilitar el vaciado biliar; dos efectos indispensables para una buena digestión.
La achicoria roja es rica en provitamina A, por su contenido en carotenos, calcio, fósforo y magnesio. También tiene la propiedad de combatir la retención de líquidos y poseer un efecto saciante, mejorar la calidad de la flora intestinal y combatir el estreñimiento.
Su efecto saciante y sus bajo contenido calórico la convierte en un ingrediente ideal durante cenas o durante tratamientos para el control de peso.
En el mercado la encontraréis casi todo el año pero su mejor temporada es entre invierno y primavera. Al escogerla en el mercado observad que sus hojas estén frescas y tersas, de un morado vivo y un blanco impecable. Si el blanco empieza a amarillear significa que ya no están frescas. Es aconsejables guardarlas en el frigo, en la parte menos fría, porque la luz disminuye su calidad vitamínica.
La próxima vez que queráis cambiar un poco de ensalada, pensad en esta preciosa variedad.
Misbamia