Hola a tod@s!
¿Existe algo más tradicional que el caldo de gallina? Si cerramos los ojos mientras pensamos en estas tres palabras seguramente podamos visualizar a una abuelita con moño blanco, delantal y gafitas ¿verdad?
El caldo de gallina ha sido un alimento esencial desde siglos, tanto por sus propiedades nutricionales como por ser la base de un sin fin de sopas y platos. Sin embargo, en los países mediterráneos también observamos como van desapareciendo estas adorables abuelitas y con ellas su conocimiento culinario.
En los tiempos que corren resulta mucho más práctico tirar de caldo ultra-procesado; sin embargo este tipo de caldos tienen muchos inconvenientes.
En primer lugar los caldos comerciales contienen cantidades muy elevadas de sal que pueden llegar hasta los dos gramos por 250 ml (taza), algo contraproducente sobre todo para hipertensos y niños.
En segundo lugar algunos contienen potenciadores de sabor como el glutamato monosódico que alteran la microbiota y los mecanismos de saciedad. Además sus embalajes son poco sostenibles…
Por último, un caldo de sobre o en tetrabrik nunca sabe igual que un caldo casero, porque mucho que intenten seducirnos con engañosas campañas de márketing .
¿Que no sabes preparar un caldo?
Nada más sencillo. Solo necesitas una olla profunda, buenos ingredientes y tiempo. ¿Que siempre vas de bólido y es justo lo que no tienes? Prueba a prepararlo al volver a casa de trabajar o durante el fin de semana. Necesitas unas tres horas.
¿Quieres que te explique cómo?
Ingredientes
- 4 litros de agua
- media gallina sin piel(puedes utilizar pollo pero la gallina da más sabor)
- 2 zanahorias
- 2 ramitas de apio
- 2 puerros
- 1 nabo
- 1 hoja de laurel
- 1 cabeza de ajo
- 2 cebollas
- Tomillo (opcional)
- 1 cucharada sopera de sal
Indicaciones:
- Utilizar la olla más grande que tengáis. En la mía caben 5 litros pero he añadido 4 litros de agua para que me quede espacio para meter los ingredientes. El agua fría.
- Introducir la gallina, los puerros cortados por la mitad y bien lavados, la cabeza de ajos, el nabo y las cebollas enteras.
- Añadir una o dos hojas de laurel y una cucharada de sal.
- Poner a hervir a fuego fuerte hasta que llegue a ebullición. Luego bajar a fuego medio-bajo y dejar durante 3 o 4 horas (dependiendo de los litros de agua). Tapar la olla.
- Ojo! si dejas el fuego fuerte te darás cuenta que tu caldo se te ha quedado por la mitad porque se ha evaporado. Si es necesario, añade más agua.
- De vez en cuando aplastar un poco las verduras para que vayan sacando su sustancia.
- Sabrás que el caldo está listo cuando pase de ser un líquido transparente a opaco y cuando las verduras que no tengan sabor.
- Antes de apagar el caldo añade una ramita de tomillo, si os gusta el sabor. Antes no porque el gusto se perdería con la cocción.
- Dejar enfriar y colar con un colador muy fino o con una gasa para eliminar impuerezas.
El caldo de gallina es la base de cualquier sopa. Siempre se puede optimizar añadiendo más especias (clavo, comino, cardamomo) y obviamente te pueden utilizar otros ingredientes para aprovechar lo que tienes en el frigo antes de que se te eche a perder. Tened en cuenta que los caldos siempre han formado parte de la cocina de aprovechamiento.
Espero que os animéis a hacerlo porque esta es una buena paso para mejorar la calidad nutricional de la dieta mediterránea. Vuestro cuerpo, familias y amigos os lo agradecerán!
Misbamia