Hoy quiero presentaros uno de los alimentos más «polémicos» de mi despensa: la quinoa.
La quinoa es un pseudocereal cultivado en las cordilleras andinas originario de Bolivia y Perú desde hace más de 5000 años. Su valor nutricicional es tan completo que fue declarado «Alimento del año en 2013» por la Organización Mundial de la Salud.
¿Qué tiene de especial la quinoa? Muchos de vosotros pensaréis que se trata de un producto de márketing como tantos otros y algo de razón hay en todo ello.
La quinoa es rica en proteínas completas, con esto quiero decir que contiene todos los aminoácidos necesarios para nuestro organismo. Asimismo, este producto es rico en vitamina B y en Omega 3. Todo ello le convierte en un alimento óptimo para vegetarianos y veganos. Para rizar el rizo este pseudo-cereal maravilloso no contiene gluten, lo que diversifica el abanico de productos de los intolerantes al gluten y celiacos.
Además, la quinoa es un alimento muy versátil que se puede consumir, como el arroz, en forma de ensaladas, de sopas y de harina. Por todas estas cualidades la quinoa es un alimento que ha revolucionado en los últimos años la cocina natural.
Su tiempo de cocción varía en función de la calidad del agua. Yo la lavo con cuidado para evitar cierto sabor amargo y luego la tuesto a fuego lento (esto es optativo), cuando está seca le hecho el agua hirviendo. Si se es paciente, es aconsejable dejarla en remojo por la noche para activar sus enzimas.
¿Dónde reside la polémica?
A mí me encanta la quinoa porque yo consumo poca carne y no contiene gluten. Sin embargo el hecho de que me convenga no significa que sea sostenible… Se trata de un producto bastante caro, que hay que consumir con respeto. Que la quinoa esté de moda tiene su doble filo. La sobre explotación de este grano ha repercutido seriamente en su precio y en el descenso de su consumo en las propias comunidades indígenas puesto que les resulta más rentable venderlo que consumirlo. Asimismo, es cierto que el consumo de quinoa no es del todo sostenible por su importante huella de carbono.
Este tipo de contradicciones son una expresión más del complejo entramado de la mundialización…
El debate queda abierto,
Misbamia
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