En mi despensa hay tres cosas que no pueden falta: las cebollas, el limón y ¡!el ajo!!
Todavía recuerdo la anécdota de Victoria Beckam diciendo que no quería vivir en España porque en nuestro país “todo huele a ajo” … (sin comentarios)
El ajo es probablemente uno de los alimentos con más propiedades medicinales demostradas científicamente.Y es que como dice el refrán: “Ajo, cebolla y limón y déjate de infección”
Destacan entre sus propiedades el efecto hipotensor, antibiótico, antiséptico y vermífugo.
De este modo su consumo habitual disminuye el colesterol, estimula las defensas, previere y cura numerosas enfermedades de las vías respiratorias, regula el ácido úrico. El ajo crudo, es un fantástico aliado para el corazón y para los enfermos de trombosis, embolias o accidentes vasculares.

¡Ojo! El ajo en polvo o en sal que se vende en tarritos en los supermercados carece de poder terapéutico.
Personalmente soy de las que prefieren utilizar los antibióticos cuando son realmente necesarios y tiro de ajo el resto del año.
A mi niña se lo doy con un buena rebanada de pan tostado frotado con ajo y con un chorrito de aceite de oliva.Y por supuesto yo también lo uso cuando me encuentro «destemplada» como diría mi madre. ¿Cómo? Picando un gajo, poniéndolo en una cucharilla y tragándomelo con un gran vaso de agua.
¿Qué si me huele el aliento a ajo? Pues dejadme deciros que no. Quizás alguno de vosotros esté pensando “pues si yo me como un ajo crudo me canta el aliento que no veas”.
¿Por qué entonces algunas personas huelen a ajo y otras no? Gloria García, en su fantástico libro: Alimentos que ayudan a prevenir y combatir enfermedades (2012) nos explica porqué:
“una persona que practica una alimentación sana y natural, donde el ajo ocupa un lugar preferencia, no desprende ese olor tan desagradable a ajo, pero sí ocurre esto, en aquellas personas que comen ajo, pero a su vez continúan con una mala alimentación, en base a alimentos ricos en grasas, embutidos, bebidas alcohólicas “
¿Significa esto que la «Vikibekan» tenía razón y en España no comamos tan sano como pensamos? ¡Hagamos la prueba del ajo para probarlo!
De todas formas apostaría que la Spice pija desconocía el poderío que encierra esta perla ibérica, porque si lo supiera podría incluso haberse curado los callos producidos por esos taconazos en los que va todo el día subida.
Y sí, el ajo también es un remedio de lo más eficaz para ablandar y eliminar las callosidades. ¿Cómo??!!
Pues asando una cabeza de ajo y mezclando la pasta con un chorrito de aceite de oliva. Por la noche, untar el ungüento en el pie, vendar, ponerse un calcetín y a dormir. Durante la noche la callosidad se ablandará y por la mañana el cayo podrá retirarse con cuidadito.
Para terminar el post de hoy otro refrán popular: “Díjole la cebolla al ajo: acompáñame majo”. Más soriano que esto…no se puede.
Un beso a todos …sin sabor a ajo.
Misbamia
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