Buenos días a tod@s!
Hoy quiero presentaros un alimento estrella de todos los huertos mediterráneos: el calabacín.
Si conocéis a alguien que tenga un pequeño huerto seguramente ya os habrá colocado un par o tres de kilitos de esta fantástica hortaliza porque cuando llega l temporada de verano uno ya no sabe qué hacer con ellos. En cualquier caso eso le pasa a mi padre y a todos sus amigos horticultores. Este año, por el tema de la pandemia la verdad es que el hombre empezó a sembrar bastante tarde y optó por cuatro o cinco tipo hortalizas y verduras: calabacines, judías verdes, acelgas y lechugas, que dicho sea de paso han crecido de lo lindo.
A mi me viene estupendo eso de tener verduritas orgánicas y gratuitas porque por lo general mi presupuesto mensual es alpino! Así que esta semana me he concentrado en cocinar y crear recetas que espero que disfrutéis.
Como sabréis el calabacín es una hortaliza que contiene mucha agua, al rededor del 95%, lo cual lo convierte en un ingrediente estupendo para consumir en verano porque nos hidrata y a la vez es muy bajo en calorías, lo que lo convierte en un aliado importante para recuperar el equilibrio tras los excesos del verano.
A nivel nutricional es bajo en proteínas y en carbohidratos pero tiene un contenido muy interesante en potasio, lo que nos ayuda a controlar la hipertensión, en fósforo, calcio y magnesio.
La receta de hoy es realmente para principiantes pero sencillamente deliciosa. Ideal para estudiantes con pocos recursos. El toque diferente lo da el cilantro, un ingrediente que me fascina porque le da un toque cítrico y oriental espectacular. Es cierto que a algunas personas no les gusta, en ese caso lo puede cambiar por hierbabuena o menta, el sabor cambia pero también os gustará mucho.
Ingredientes:
- 800 g de calabacín
- 1 cebolla blanca mediana
- 2 dientes de ajo
- 3 cucharadas de AOVE
- 1 puñado de hojas de cilantro
- Una pizca de sal y pimienta
Indicaciones:
- Cortar el calabacín a daditos. Si la piel es dura podéis pelarla, pero si es suave y tersa mejor dejarla para conservar al máximo las vitaminas.
- Trocear la cebolla y los dientes de ajo
- En una cazuela, sofreír ligeramente el calabacín, el ajo y la cebolla con 2 cucharadas de AOVE a fuego medio durante unos cinco minutos.
- Salpimentar
- Trascurridos este tiempo, bajar el fuego al mínimo y tapar la olla o cazuela para que las verduras se hagan en su jugo hasta que estén pochaditas y tiernas. El tiempo dependerá del tamaño de los trozos, pero calcular unos 20 minutos aprox.
- Dejar reposar
- Lavar las hojas de cilantro, retirar los tallos y trocear previamente antes de pasar todos los ingredientes por el procesador. Es importante echar el cilantro en el último momento para que no se cocine y conserve así todo su sabor.
Esta receta tiene la particularidad de poderse tomar fría o calentita. Si queréis convertirla en «crema» os aconsejo que le añadáis un yogur ((recordar que hay opciones veganas y sin lactosa). Espero que os guste tanto como a mí.
Si conocéis a alguien que pueda interesar esta receta no dudéis en compartir. Recordad que el conocimiento empodera!
Saludos
M