Cuenta la mitología griega que el joven Hades se enamoró perdidamente una ninfa llamada Menthé. Su amor fue correspondido y vivieron un tórrido idilio hasta que Persófone, la esposa del adúltero Hades, se enteró y convirtió a su rival en una planta: la menta. Hades perdió a su amada pero no su esencia eterna que desde entonces embriaga los jardines del Olimpo.
Como véis, lo griegos lo resumían todo en una historia de sexo y cuernos, reíros vosotros de juego de tronos!!
Los egipcios, un poco más serios ellos, utilizaban ya esta planta en sus ritos funerarios para purificar el cuerpo y prepararlo para el más allá. Los romanos, a su vez, conocían ya sus múltiples propiedades y la utilizaban tanto para aromatizar sus platos y como uso medicinal para favorecer la concentración y la memoria.
Más tarde Camarón de la Isla cantó : «A mí me gusta saborear, la hierba la hierba buena, un cantó por soléa y una guitarra serena ay ay ay » pero creo que , ahora que lo pienso, no se refería a nuestra hierba en cuestión …aunque quién sabe?!

¿Pero qué sabemos hoy en día sobre esta planta?
La verdad es que esta maravillosa planta aromática y medicinal tiene un montón de propiedades digestivas, coleréticas, marminativas y mucolíticas entre muchas otras.
En la cocina, la menta resulta de gran utilidad para digerir platos demasiado ricos en proteínas. Si las proteínas son de origen animal, la menta ayudará a digerir las grasas, si son de origen vegetal (legumbres) evitará las flatulencias.
Asimismo, el mentol favorece la secreción de bilis lo que ayuda a alivar los dolores provocados por los cólicos.
La menta resulta especialmente interesante por sus poderes carminativos; evitando putrefacciones intestinales (no os riáis que esto ocurre muy a menudo a los que comen carne tres o cuatro veces a la semana) y flatulencias excesivamente olosoras (lo siento, hay que decirlo, pués haberlas haylas).
Esta maravillosa hierba también ayudará a aquellas personas que sufran de vómitos, colon irritable y diarreas. Por último, conviene recordar que las infunsiones de menta facilitan la expectoraración de mocos, moquillos y mocazos durantes resfriados y bronquitis.

Personalmente me encanta añadir unas hojitas de menta a ensaladas y platos con legumbres, tanto por su sabor, como por su función. Si como todo hijo de vecino a veces necesito digerir algo especialmente pesado (véase navidades y fiestas de guardar) yo añado agua hirviendo a una taza sobre cuatro o cinco hojitas de menta fresca y la tapo durante dos o tres minutos. Recordad que la menta seca tiene menos propiedades, pero también sirve.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que toda hierba medicinal hay que tomarla con ciertas precauciones. Tradicionalmente no se recomienda su uso a personas que sufran de reflujo intestinal, acidez, hernia de hiato o a mujeres embarazadas.
Para más información no dudéis consultar con un herborista.
Moraleja: Pon un poco de menta en tu vida y en tu plato!
Misbamia