Mirar qué elegancia. Existe algo profundamente bello en una coliflor. ¿No creéis? Sin embargo en España como que esta verdura goza de mala fama, ¿no?
He de reconocer que cuando era niña odiaba el olor que desprendía cuando mi madre la hervía. La pobre se afanaba a echarle una chorrito de leche porque nuestra vecina, la señora Petra, le había dicho que eso era mano de santo. La señora Petra era una señora muy sabida, que hablaba mucho, mucho, pero para mí que lo de la leche no funcionaba.
Luego llegaba el ritual de hallarse frente a un plato de verdura demasiado cocida, perdona mamá, que no sabía a ná y que tenía una textura pocha muy poco seductora…yo miraba al plato sin bajar la barbilla , las manos bajo el mantel anunciando cierta desobediencia civil , así como con recelo, mi madre me miraba a mí, con más recelo todavía y yo suspiraba preguntándome si existiría en el cosmos infinito algo o alguien que me pudiera librar de ese suplicio.
Con el tiempo mi madre comprendió que con bechamel aquello tenía mucho más gracia y empezó a darle un poco de color a la cosa. A mí la coliflor seguía sin gustarme pero como la bechamel me encantaba intentaba imaginarme que aquello era canelones…el poder de la psique oigan!!
Sin embargo a raíz de mis problemas con las intolerancias comprendí que no estaba la cosa para ir haciéndole ascos a los alimentos que sí podía ingerir y de repente, cual revelación, se abrió un nuevo horizonte de sabores entre los que se encuentra la coliflor.
¿El secreto? la textura, firme, casi crujiente, invitando al mordisco.

Más allá de sus propiedades gustativas es del todo aconsejable incorporar esta verdura en vuestra dieta por sus múltiples beneficios y propiedades; tantos que resulta difícil saber por donde empezar.
En primer lugar destacan sus propiedades antioxidantes que nos protegen contra los radicales libres y las enfermedades que éstos producen. Su consumo es recomendable en pacientes de cáncer de colon, mama, vegiga, páncreas y testículo. Recientemente investigadores de la Universidad de Rutgers (New Jersey) han descubierto que la combinación de coliflor con la cúrcuma no sólo ayuda a prevenir el cancer de próstata sino que ayuda a reducir su tamaño. Para ello aconsejan macerar la coliflor con la cúrcuma durante diez minutos antes de su cocción. Es importante no hervir primero y macerar después ya que en este proceso no se activarían los mecanismos activos de los alimentos.
En segundo lugar la coliflor posee un alto contenido en agua y un bajo contenido energético lo que la convierte en una gran aliada en dietas de adelgazamiento. Así mismo, la coliflor posee propiedades diuréticas que ayudan a regular la retención de líquidos y la escasa producción de orina, así como de ácido úrico, gota y cálculos renales.
Por último debemos destacar su consumo para regular la hipertensión, la anemia y el colesterol .
A tener en cuenta, ¿verdad?
Os envío los links de dos de mis recetas de coliflor:
Salud!
Misbamia