Seguimos con otra receta marinera. Como os comentaba en mi último post el otro día compré unas almejas pequeñas llamadas “coquinas”. La verdad es que a mí las almejas me parecen todas iguales, un error por mi parte, pero al enseñarselas a mi amigo N me dijo que se trataban de “coquinas”.
Me hizo gracia el nombre porque en francés “coquine” significa “traviesa”, “desvergonzada” lo cual creo que le va muy bien a esta receta si tenemos en cuenta que siempre se ha creído con los crustáceos tenían poderes afrodisíacos.
Imaginaros a vuestra pareja a la luz de las velas, con unas coquinas de este talante y un buen albariño, vamos si esto no levanta pasiones … habrá que consultar!!
Recordar, cuando el bolsillo no da para ostras siempre os quedan las coquinas!

Ingredientes
- 400 g de coquinas o de almejas de cualquier tipo
- 3 ajos
- 1 chorrito de vino blanco
- 1 puñadito de perejil
- 1 puñadito de eneldo
- 1 pizca de sal gorda + 1 cucharada de sal para limpiar
- ½ limón
- 1 cucharada de aceite de oliva extra-virgen

Indicaciones
- Cubrir las almejas en agua fría con una cucharada de sal gorda y dejar reposar cinco minutos. Si las almejas son frescas empezarán a abrirse liberando los restos de arena. Yo he tenido que repetir este paso tres veces hasta que las coquinas han quedado completamente limpias. No hay nada más desagradable que encontrar restos de arenilla en la boca puajjj.
- En una cacerola o sarten a parte, sofreír los ajos con las hierbas aromáticas.
- Añadir un chorrito de vino al sofrito
- Añadir las coquinas a la sarten o a la cazuela y cubrir con una tapa para que se mezclen los aromas y para que se abran las coquillas.
- Echar un poquito más de aceite a la las almejas si veis que a la salsita le falta un poco de fundamento. Yo prefiero no echarle harina, pero si lo preferís podéis echarle un poco de harina de maíz.
- Remover bien.
- Apagar el fuego y cubrir con la tapa durante uno o dos minutos.
- El limón siempre es mejor servirlo a un lado para que la gente se eche lo que quiera. En cuestiones de limones todos tenemos nuestras manías, verdad?
Para chuparse los dedos…
Misbamia