Hola a tod@s!
Ayer os hablé del Cardo y hoy vamos a aprender a cocinarlo para beneficiarnos justamente de sus efectos hepáticos y biliares. Su temporada es más bien de invierno con lo cual es importante poder aprovechar de esta maravillosa verdura antes de que se termine.
Si alguno de vosotros ha tenido la oportunidad de probar el cardo de Navarra, la provincia que produce más cardo a nivel nacional, estará de acuerdo de que su calidad es otra cosa. Mientras tanto, los pobres mortales de otra latitud nos conformaremos con lo que encontremos en el mercado local o en las grandes superficies.
Si encontráis cardo en el mercado, observad que sus pencas, o tallos, estén firmes y que no se doblen fácilmente. El color de las pencas de debe ser verde claro o morado (dependiendo de la variedad) pero sin arrugas y sin manchas. Si optais por la versión fresca, tendréis que limpiarlo deshaciéndose de las hojas y de las hebras de las pencas como si fuera apio o acelgas. Su cocción es mucho más lenta unos 90 minutos en la olla normal unos 40 en la olla a presión. Sí…quien algo quiere, algo le cuesta …
Para esta receta he optado por cardo congelado y mostraros de este modo que se puede preparar mucho más rápidamente si es necesario.
Ingredientes:
- 400 g cardo congelado
- chorrito de zumo de limón
- un chorrito de AOVE
- 1 diente de ajo
- 1 cucharada de tahina o pasta de sésamo
- una puñadito de almendras en láminas
- hojitas de menta para decorar
- Sal y pimienta
Indicaciones
- Hervir el caldo con un chorrito de limón para evitar que se oscurezca y un poco de sal durante 30 minutos aproximadamente.
- Una vez hervido pasarlo bajo el chorro de agua fría y escurrir. Este paso evitará que se os cueza demasiado.
- Mientras tostar las láminas de almendra hasta que esta tomen un bonito color dorado. Recordar que no es necesario freírlas, simplemente tostarlas, y retirar.
- En la sartén limpia rehogar el cardo con una poco de AOVE y ajo picado para darle ese sabor tradicional.
- Mientras, en un bol colocar una cucharada de tahina y diluirla con un poco de agua y limón hasta hacer una salsita ligera que le añadiremos al cardo. Este paso sustituye al tradicional pan rallado o harina de trigo para que las personas intolerantes al gluten puedan tomarlo. La tahina le añadirá además una cremosidad que neutraliza el punto amargo del cardo potenciando su contenido en calcio.
- Mezclar todo bien hasta que la tahina quede absorbida por el cardo.
- Para decorar le añadiremos las almendras tostadas en láminas, unos granitos de pimienta roja (o la que tengáis) y unas hojas de menta. He escogido menta y no perejil porque ésta también potencia la función biliar.
El resultado es un plato divino de la muerte, es ligero pero untuoso, la tahina y la almendra le dan un toque untuoso y crujiente, la menta lo eleva a otra dimensión, tienes blando, tienes crujiente, tienes invierno y primavera. Os aseguro que os encantará.
Esta receta es ideal para diabéticos, hipertensos (podéis cocinarlo sin sal), personas que sufran retención de líquidos, de hígado graso, de ácido úrico, de tensión premenstrual o simplemente todo aquel que quiera disfrutar de un plato delicioso y ligero.
Si conocéis a alguien que pueda beneficiarse de esta información, no dudéis en compartirla !
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