Buenos días a tod@s!
Hoy os presento una ensalada diferente, tanto por su color excepcional como por su sabor refinado y crujiente. El ingrediente estrella de esta receta es la col lombarda, un vegetal muy mediterráneo que se ya se cultivaba en la época de los antiguos egipcios hace 2500 años.
Tengo la impresión que la lombarda es una de esas hortalizas que ha caído un poco en desuso porque la gente no sabe muy bien qué hacer con ella; lo mismo ocurre con hortalizas como los rábanos o los nabos. Tanto es así, que algunas personas ni siquiera saben o recuerdan cómo se llaman.
Este fenómeno es producido por la «transición nutricional» de la que hablaba el Dr. Barry Popkin (1993) de un modelo de alimentación tradicional hacia una dieta occidental. Cuesta imaginar que nuestras abuelas se encontraran en el mercado confundidas confundidas ante unos rábanos o una lombarda …
Volver a recuperar las hortalizas de la dieta mediterránea es esencial si queremos recuperar nuestro legado culinario y sus beneficios. Recordemos que existe un vínculo estrecho entre la variedad de verduras y frutas que aportamos a nuestra alimentación y la calidad de nuestra microbiota. Dicho de otro modo, cuanta más variedad de frutas y verduras mejor para nuestra salud digestiva, hormonal y emocional.
Además, la ensalada de hoy tiene la particularidad de poder prepararla con antelación y llevarla en taper a la oficina o vuestro lugar de trabajo sin que se os ponga mustia porque no le añadiremos ensalada.
Respecto a su valor nutricional destaca su alto contenido en vitamina C y en folatos, ideales tras un periodo de convalecencia, pero ante todo es una ensalada muy rica en antioxidantes, que además de mejorar nuestro sistema inmune protege las células frente al daño oxidativo. Por último podemos destacar su valor prebiótico, esos componentes que se convierten en «comida» para las bacterias.
Ingredientes:
- 1/4 col lombarda
- 1/2 rábano blanco
- 1 cebolla pequeña
- 1/2 bulbo de hinojo
- 1 cucharada de jengibre picado
- pistachos
- 1 limón
- 1 cucharadita de Vinagre de manzana (opcional)
- AOVE
Indicaciones:
- Cortar la col lombarda, el rábano blanco, el hinojo y la cebolla en juliana
- Picar o rallar muy finamente el jengibre
- Poner las verduras en un bol y añadir el zumo de un limón entero. Observaréis que con el contacto del limón, los componentes que dan el color morado a la col llamados antocianinas empiezan a cambiar de color y a teñir los demás ingredientes. Es justo lo que queremos.
- Añadir el vinagre y remover. Dejar reposar durante al menos 30 minutos pero lo ideal sería dejar macerar durante al menos dos horas. Ese proceso ablandará las hortalizas creando una especie de «encurtido» exprés.
- Pasado este tiempo, añadir un chorrito de AOVE, una pizca de sal, unos pistachos ligeramente tostados y unas hebras de hinojo fresco.
El resultado es una ensalada deliciosa, crujiente y con sabores potentes a la vez que refinados. Los pistachos equilibran el puntito de acidez que os recomiendo si o sí, Si lo tenéis pistachos a mano podéis añadir unas nueces o pipas de calabaza. ¿Quién dijo que las ensaladas tienen que ser siempre verdes? Esta es rosa y muy kuki!!
Si crees que esta receta puede interesar a alguien, no dudes en compartir, recuerda que el conocimiento empodera!
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