Buenos días a todos,
En mi último post os hablé de mi descubrimiento del apio nabo y sus propiedades. Hoy os propongo una receta de lo más sencilla en la que utilizaremos justamente este ingrediente.
Esta receta es de lo más sencillo que hay y un ejemplo claro de que se puede comer sano sin ser un cocinillas ni pasar horas en la cocina. La ensalada que os propongo hoy puede ser un buen entrante a un plato principal o convertirse en un plato único si se le añade una taza de quinoa.
Resulta una receta ideal para personas que quieran perder algo de peso, para estudiantes con presupuestos justitos y para todo aquel que quiera salir del aburrimiento de la típica ensalada.
El apio nabo puede substituirse por un nabo (más fácil de encontrar) o simplemente por un rábano. Las almendras pueden ser substituidas por otra nuez. El cebollino bien puede ser reemplazado por perejil o cilantro. Fácil ¿no?
Ahora sí, en lo que considero que no hay que hacer compromiso alguno es con el uso del aceite de oliva extra virgen. Es un poco más carillo que el refinado, pero realmente vale la pena invertir en nuestra salud y francamente es la mejor grasa que le podemos dar a nuestro cuerpo. Si os lo podeis permitir, optar siempre por el extra virgen «presión a frío». Es simplemente, EL MEJOR y tiene un sabor EXPECTACULAR.
Ingredientes
- 200 g de apio nabo rallado
- 1 zanahoria rallada
- 5 almendras blancas crudas (yo he utilizado marcona)
- 5 hebras de cebollino o cilantro
- 1 cucharada de aceite de oliva extra virgen
- una pizca de sal
Indicaciones
- Rallar la zanahoria y el apio nabo y poner en un bol
- machacar en un mortero las almendras
- cortar el cebollino con unas tijeras
- echar una pizca de sal y el aceite.
NOTA: los frutos secos es preferible comprarlos crudos y sin salar. Si se desea, se puede tostar las almendras ligeramente antes de hacer la picada. Este truco intensificará su sabor sin tener que recurrir a la sal
MISBAMIA