El boniato se confunde a menudo con la patata. Sin embargo este tubérculo originario probablemente del Perú no proviene de la misma familia.
Una de las virtudes más importantes de boniato es su aporte en betacarotenos, precursor de la vitamina A; un importante nutriente para los ojos, los huesos y el sistema inmunitario.
Existen boniatos con pulpa de muchos colores, en nuestro país los más conocidos son los de color naranja, pero también existen variedades de color amarillo y morado. Los boniatos de pulpa naranja son los que contienen más betacarotenos, mientras que los morados son más ricos en antocianinas; unos compuestos fitoquímicos muy saludables.
Además, los boniatos son ricos en fibra y vitamina C, siendo el contenido más alto en su piel que, todo sea dicho, es deliciosa. Su contenido en vitamina B6 y en potasio también es relevante. Resultan especialmente interesante para la mujer en perimenopausia por su efecto protector contra el cáncer de mama.
Aunque existen discrepancias al respecto, los boniatos consumidos con moderación y con un poco de canela podría ayudar a regular los niveles de glucosa en sangre. Sin embargo, es necesario continuar con esta línea de investigación.
El boniato es un ingrediente muy versátil. Si deseas comerte la piel, o hacer chips, te recomiendo su cocción lenta al horno. Si lo quieres utilizar para hacer purés o cremas puedes cocinarlo al vapor o hervirlo.
En el mercado, hay que escogerlos firmes y duros. A pesar de su apariencia son un ingrediente muy delicado. Guárdalo fuera de la nevera en un lugar fresco y oscuro y no más de diez para evitar que germine. En la nevera, mejor consérvalos 24h ya cocinados para que el almidón ser vuelva resistente. Si vas a comerte la piel, es recomendable frotarlos con un cepillito de verduras o secarlos con un trapo una vez limpios. Recordar que están de temporada! el mejor momento para comprarlos es de octubre a marzo!
Misbamia